
Hablamos con Francisco de Manuel antes de las finales de la Copa Chenel de donde salió vencedor y cuenta el momento que atraviesa
Francisco de Manuel no necesita hacer ruido para recordarle al toreo quién es. En 2022 vivió uno de esos años que cambian una carrera: fue vencedor de la Copa Chenel y, meses más tarde, abrió la puerta grande de Madrid en una tarde inolvidable.
“Supuso un momento muy importante en mi carrera, en mi primer año de matador de toros. Ese triunfo que estaba alcanzando el certamen fue una alegría tremenda para mí, tanto en lo personal como en lo colectivo, con la gente que siempre estuvo conmigo. Fue un impulso de ilusión y de felicidad poder ganar ese año la Copa Chenel. Marcó un antes y un después para mí”.
A los toreros que ahora luchan por llegar a la final, les lanza un mensaje claro: “Que disfruten mucho, con ilusión, que confíen en ellos. Luego habrá quien llegue más lejos y otros que no pasen de ronda, pero lo importante es que trabajen con dedicación y que cuando salgan a torear no se dejen nada dentro. Porque así, pase lo que pase, no se arrepentirán”.
Sabe bien de lo que habla. Ahora, su día a día no tiene tardes de gloria, pero sí mucho entrenamiento y disciplina. “Entreno, me sigo preparando tanto física como mentalmente. Estoy en una época en la que no estoy toreando, los contratos no están llegando, y toca seguir preparándome, mantener la ilusión como pueda y seguir confiando en mí y en el futuro que creo que tengo en los toros”.
“Ahora toca remontar, remar un poco en contra de la corriente, pero siempre con ilusión»
Es algo a lo que estoy acostumbrado. Desde que empecé he tenido que ganarme los contratos trabajando mucho. Después del 12 de octubre estuve en varias ferias, pero no triunfé como me hubiera gustado. Ahora toca remontar, remar un poco en contra de la corriente, pero siempre con ilusión. Confío en mí, en que tengo todavía mucho que decir, y sé que lo voy a conseguir”.
Aquella puerta grande en Las Ventas fue, para él, un reflejo del momento que vivía. “Esa temporada fue de ascenso y crecimiento. Llegaba muy preparado, con mucha ilusión. El 12 de octubre es una fecha que se quedará marcada para siempre. Ver la plaza llena, ese cartel… y que luego saliera todo como salió… fue una confirmación del momento que atravesaba. Un día tremendamente feliz. No lo olvidaré nunca”.
¿Y ahora? “Lo que tiene que pasar es que me pongan a torear y que aproveche la oportunidad cuando llegue. Ahora toca prepararse a conciencia, estar fuerte física y mentalmente. Y que, cuando llegue el día, se vea que tengo mucho que decir. Que tengo que tener sitio en las ferias”.