
El actual triunfador de la Copa Chenel repasa el momento culmen de la pasada temporada en Las Ventas y recalca la importancia del certamen
Francisco de Manuel volvía a pisar hace unos días Las Ventas tras la puerta grande conseguida el Día de la Hispanidad del año pasado. Fecha a la que llegó tras proclamarse campeón de la Copa Chenel, un certamen que ha cambiado la vida del madrileño.
En su primera comparecencia en este San Isidro se acarteló con Daniel Luque y Ángel Téllez ante los toros de Juan Pedro Domecq. Una tarde en la que el viento fue el protagonista y su primer toro “tenía cosas buenas pero fue imposible amasar una faena compacta. Su segundo oponente no le dio opciones, “no tuvo clase y no quiso romper hacia delante”, reconoce.

Regresa este sábado 27 de mayo ante los toros de El Pilar. Esta nueva oportunidad de reafirmar lo visto hace unos meses y en el inicio de esta temporada. Lo afronta “con mucha responsabilidad y después de los triunfos de Castellón y Valencia, uno va más ilusionado y confiado en uno mismo”.
El día de antes pisará el coliseo romano de Nimes por primera vez y, de nuevo, volverá a compartir cartel con Ángel Téllez. Para Francisco de Manuel es “una plaza fundamental del toreo y voy con muchas ganas de mostrar mi concepto y mi objetivo de ser figura del toreo”. La afición francesa es diferente a la española “muy respetuosa y entendida, que sabe dar el sitio que merece la gente que se lo gana en la plaza”.
La rivalidad entre toreros jóvenes es algo fundamental en estos momentos. Francisco de Manuel y Ángel Téllez, dos compañeros que se vieron las caras en la Copa Chenel y han compartido varios paseíllos en esta temporada. La rivalidad entre dos toreros que con la alternativa recién tomada pueden arrear y mostrar de lo que son capaces. De Manuel destaca, entre ellos, “una rivalidad sana y muy bonita porque Ángel Téllez es un torero al que admiro y respeto”.
¿Qué hace los días que torea en Las Ventas? Cuenta Francisco que de su casa en Colmenar Viejo pone rumbo al hotel donde “me refugio hasta la hora de comer” y regresa a la habitación para intentar dormir la siesta “y digo intento porque pocas veces lo he conseguido”. Es de los que no le gusta que la habitación se llene de gente y vive esos momentos íntimos junto a su mozo de espadas, Julián Úbeda, vistiéndose en soledad hasta poner rumbo a la plaza. Una persona clave en su equipo.
Es uno de los toreros que ha tenido el privilegio de escuchar a Madrid rugir y desde la arena uno lo vive “como un momento único”. Ha toreado en decenas de plazas a lo largo de su trayectoria “y sin desmerecer a ninguna, pero cuando ruge Madrid y se entrega contigo es algo incomparable y el haber podido vivirlo fue algo muy emotivo”.

Se proclamó triunfador de la Copa Chenel el pasado mes de julio en Valdetorres de Jarama en una final de infarto junto a Ángel Sánchez. Reconoce que la Copa Chenel es “un certamen que para mí fue fundamental, no solo para la temporada 2022 sino para mi vida”. Un torero con la alternativa recién tomada no goza de todas las oportunidades que tenía en el escalafón anterior e “ir toreando los diferentes festejos del certamen me dio ese poso y la oportunidad de ir creciendo como torero”.
Si tuviera que elegir un momento para recordar de su paso, fue la faena al toro de Montealto en Valdilecha, en la final a tres, porque “fue un toro muy bravo, con transmisión, que no fue fácil pero lo pude cuajar y desde que lo paré con el capote me dio mucho”. Si tuviera que ponerle un pero a esa tarde lo tiene claro: “con la espada no anduve bien”.
¿Un consejo para los actuales finalistas?
Ahora son tres los nuevos finalistas de esta edición, Juan del Álamo, Borja Jiménez e Isaac Fonseca, y uno de los tres le sucederá en el trono. Si el vigente campeón Francisco de Manuel les tuviese que dar un consejo de cara a las finales sería “que se entreguen al máximo, aunque sé que los tres tienen intención de hacerlo y que lo disfruten sin dejar de arrear”.