
El torero salmantino, Juan del Álamo, pasó a las semifinales tras ser el triunfador de la corrida clasificatoria celebrada en Villa del Prado y ser el matador con más orejas cortadas en la primera fase.
Tras unos años de parón, volvía a la cara del toro en esta Copa Chenel en un momento de madurez personal y torera, y espera “que eso se pueda ver reflejado en la plaza”. Tras torear durante años en las grandes ferias y abrir, entre otras, la Puerta Grande de Las Ventas, confía en que esta Copa Chenel le sirva “como una gran oportunidad para volver a entrar en las grandes ferias”.

La Copa Chenel la define como “un certamen de mucha relevancia, durante estos años las cosas se han hecho de manera muy profesional y eso hace que los toreros podamos tener esta oportunidad magnífica de darnos a conocer”.
Se enfrenta a los toros de Castillejo de Huebra, ganadería con la que pudo triunfar en El Burgo de Osma, afincados también en Salamanca y donde “tiento todos los años y he seguido muy de cerca su evolución”. Por su parte, de Salvador Gavira-García no ha matado nada pero “las referencias que me han dado son muy buenas y tengo ilusión de torear sus toros”.
Afronta la tarde con el objetivo “que siempre tengo en mente de no decepcionarme y por ende no decepcionar a los demás”. Llega muy consciente de volver a disfrutar del toreo “que es lo que siempre me ha llenado tanto”.