Luis Miguel Parrado
Periodista taurino
Vamos hablar de toros en la más pura extensión de la palabra. Vamos a comentar sobre dos ganaderías que son santo y seña de la cabaña brava mundial.
Una está en Huelva y es la de Hijos de Celestino Cuadri y tiene entre otras muchas virtudes, una de las que pocas ganaderías pueden presumir. Y es que cuando tú ves abrirse la puerta de chiqueros y salir un toro de Cuadri, sabes perfectamente que se ha criado en Comeuñas. Esa finca donde a lo largo de generaciones, primero don Celestino y luego sus hijos, sobre todo Fernando, hicieron un toro peculiar, un toro con una personalidad especial. Tanto por fuera como por dentro, es un animal complicado sobre todo en el segundo tercio, pero luego en la muleta pide firmeza, aplomo e ideas claras y cuando es así, regala muchos cosas y bastantes triunfos.
Por otro lado, Baltasar Ibán, la divisa que está en la sierra madrileña y que creó ese gran hombre que fue Baltasar Ibán Valdés. Primero con sangre Contreras, de la cual ya va a quedando cada vez menos por cuanto por absorción se fueron echando sementales de Los Guateles y últimamente también algún semental de Pedraza de Yeltes, supongo que buscando aumentar el tamaño de una ganadería que siempre ha dado muy buen juego en plazas, sobre todo de segunda y de tercera, pero ha tenido ese problema fundamental para plazas de primerísima categoría como Madrid, en la que aún así ha obtenido muchos triunfos.
¿Qué va a pasar en la Copa Chenel? El destino lo dirá, pero a priori es un duelo ganadero súper interesante y donde además habrá que tener en cuenta si los toreros echan por delante el de Baltasar o el de Cuadri.
¿Cuándo se sabrá? El sábado en el sorteo.